Ciudad Negra
Museo de la Solidaridad Salvador Allende, Santiago, Chile
2018
Curaduria Daniela Berger - Claudia Zaldivar
Textos Inés R. Artola / Hernán Pacurucu / Mauricio Bravo
Instalación. Serie de 800 objetos construidos con materiales de desecho, yeso, arcilla, maderas, papeles, plásticos, etc. pintura anticorrosiva. Estructuras en fierro y madera.
Tela impresa por sublimación de 5.0 x 3.60 mts. pintada en óleo, tablones de madera bruta, objetos encontrados, cuerdas, banderines pintados manualmente.
Pintura de muros y alfombra gris.
Estar en guerra a perpetuidad.
Los “cortes en edificios” de Matta Clark fueron utilizados para ilustrar las presentaciones del OTRI, yuxtapuestos con los agujeros que las IDF (Fuerzas Armadas israelíes) perforaban en los muros de las casas palestinas.
Eyal Weizman, A través de los muros.
El poder es la guerra: es la guerra perseguida por otros medios.
Michel Foucault, Defender la sociedad.
Miedo y un cierto escalofrío mezclado con pavor y extrañeza serían las sensaciones y emociones que experimentaría un sujeto cualquiera, al ver los objetos y las piezas que Víctor Hugo Bravo ha construido para su exposición titulada Ciudad negra. Me lo imagino, porque, si yo no fuera su hermano y si no tuviera conocimiento alguno de que dichas piezas son objetos artísticos, pensaría que tales cosas han sido cuidadosamente pensadas y diseñadas para agredir, dañar o simplemente matar.
Esta percepción, me refiero a la constatación de la naturaleza bélica que moviliza su imaginario, es absolutamente ajena o distante de los buenos sentimientos que busca transmitir el arte contemporáneo. De hecho, relacionar el arte con aquello que puede atentar contra la vida humana o animal en el presente es algo difícil de asimilar o, directamente, es una aberración. Sin embargo, la obra del artista parece estar anclada precisamente en la constante evocación de la violencia como modus operandi de la vida en la tierra. En efecto, para Víctor, no solo es el hombre quien hace del otro un enemigo, sino que la vida en sí misma se expresa a través de múltiples guerras y combates a muerte.
Tal forma de pensar nos deja perplejos, porque nos señala que, en el fondo de nuestras acciones, razonamientos y pasiones, lo que reina y señorea no es la calma y la conciliación, sino el irrefrenable deseo de vencer y triunfar sobre los otros. ¿Qué es este mundo, entonces? Para el artista, al parecer, es un campo de batalla, un lugar en el cual todo ser, humano, animal, cosa u organismo etc. se prepara y se adiestra para luchar infatigablemente.
Es esta perspectiva belicosa de la realidad humana y no humana la que prevalece, vence, derrota y gana en la totalidad de su obra, pero manifestándose con particular intensidad en Ciudad negra. Con esto me refiero a que todo, en la exposición, ha sido elaborado para enaltecer la lucha entre los seres que pueblan el mundo. La cita a “La caza del tigre”, de Pedro Pablo Rubens (c. 1615), es un signo evidente de esto. En la pintura, los hombres, las bestias y los objetos luchan entre sí por la supervivencia.
De igual forma, los cuerpos, las imágenes y las formas que acompañan el cuadro están en el espacio expositivo como armas a la espera de un enfrentamiento por venir. Quietos y tranquilos, estos artefactos nos indican que la obra de Víctor Hugo Bravo es y será siempre la construcción y el levantamiento de una espantosa e irracional máquina de guerra.
Mauricio Bravo
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CATÁLOGO